Los sistemas de videovigilancia ahora incluyen a las cámaras térmicas, las cuales se han convertido en aparato más que eficaz para detectar intrusos en cualquier instalación o propiedad, por más que traten de esconderse al ojo humano.
 
Una cámara térmica es un dispositivo que forma imágenes visibles a la vista normal, a partir de detectar emisiones de infrarrojos producidas por el espectro electromagnético de un cuerpo. Opera con la longitud de onda situada en la zona del infrarrojo térmico.
 
Es decir, la cámara térmica permite ver en su pantalla la radiación calorífica que emite un objeto, animal o persona, por lo cual no hay forma de que un ladrón se puede esconder de este tipo de aparato de alta tecnología.
 
¿Cómo funcionan?
 
Hay que tener en cuenta que todos los objetos emiten una radiación infrarroja, que es mayor cuanto más elevada es la temperatura del cuerpo. Nuestros ojos no pueden ver estas emisiones porque su rango en el espectro electromagnético está entre la luz visible y la radiación de microondas.
 
Para poder construir imágenes térmicas en base a las radiaciones infrarrojas captadas, una cámara infrarroja cuenta con sensores que detectan el calor y realiza un termograma o patrón de temperaturas, que se envía a un procesador.
 
Definitivamente, tener una cámara térmica es una buena opción para la vigilancia o seguridad perimetral.